Los empleos de “cuello azul” son aquellos que implican tareas principalmente manuales y físicas, como operarios de fábricas, constructores o especialistas en mantenimiento. Se diferencian de los trabajos de “cuello blanco”, que agrupan a profesionales que realizan tareas intelectuales o administrativas, como abogados, contadores o ejecutivos. Ambos términos son una construcción social.
Tradicionalmente, los empleos de “cuello blanco” cuentan con mejores salarios y mayores oportunidades de crecimiento, aunque la automatización y la digitalización generan mayor competencia y la necesidad constante de actualización para quienes los desempeñan.
El temor de la Generación Z ante la automatización y la IA
Una encuesta realizada a más de mil trabajadores centennials en Estados Unidos mostró que el 72% considera que la Inteligencia Artificial acabará con los empleos iniciales en las empresas en los próximos cinco años. Además, el 65% piensa que sus títulos universitarios no los protegen del avance de la IA y un 18% tiene poca o ninguna confianza en que su carrera profesional sea relevante a largo plazo.
En respuesta a este panorama, muchos jóvenes comenzaron a ajustar sus planes profesionales y adaptarse a la era digital: un 43% modificó sus estudios para alinearlos con las nuevas tecnologías y cerca del 40% adquirió certificaciones o conocimientos autodidactas.
Una posible reorientación hacia los empleos manuales
El 53% de los jóvenes encuestados cree que los oficios manuales, como la construcción y la plomería, son menos susceptibles a la automatización. Por otro lado, el 47% considera que profesiones centradas en la interacción humana, como la sanidad, la educación y el trabajo social, también son más seguras frente a la IA.
Stacie Haller, asesora vocacional, destaca que muchos egresados descubren que sus títulos universitarios no siempre abren puertas en sus campos y optan por empleos más prácticos y demandados, a menudo ligados al trabajo manual o técnico, que son difíciles de reemplazar por máquinas.
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