En las últimas semanas, las aguas cercanas a RÃo de Janeiro se llenaron de vida con la llegada masiva de ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae). Amantes de la naturaleza pudieron presenciar un espectáculo natural de saltos, cantos y desplazamientos sincronizados.
Cada año, las ballenas jorobadas realizan una impresionante migración desde sus zonas de alimentación en la Antártida hacia sus áreas de reproducción ubicadas principalmente en los estados brasileños de BahÃa y EspÃrito Santo. En este trayecto, RÃo de Janeiro se convierte en una escala estratégica, donde estos gigantes marinos descansan y se desplazan antes de continuar hacia aguas tropicales.
El Proyecto Ballena Jorobada, liderado por el biólogo marino Guilherme Maricato, monitorea este fenómeno a través de estudios detallados sobre la edad, sexo, comportamiento y caracterÃsticas acústicas de los ejemplares. En particular, se registra que los machos desarrollan cantos cada vez más complejos durante la temporada, con el objetivo de atraer hembras, un rasgo crucial para la reproducción y el estudio de sus hábitos sociales.
Recuperación histórica y amenazas actuales
Este auge en avistamientos es motivo de celebración y un indicio claro del éxito de los programas de conservación implementados desde la década de 1980. La colaboración del Instituto Baleia Jubarte, que administra el proyecto desde 1988, fue fundamental para la protección y el seguimiento de estas especies.
Según las últimas estadÃsticas, la población de ballenas jorobadas en aguas brasileñas se multiplicó por 18 entre 2001 y 2022 gracias al fin de la caza comercial con la moratoria internacional de 1986.
Sin embargo, los expertos subrayan que persisten amenazas para su supervivencia. Recientemente, un ejemplar apareció sin vida en la playa de São Conrado.
La bióloga Liliane Lodi, colaboradora del proyecto, destacó que el respeto ambiental y la conciencia ciudadana son pilares fundamentales para garantizar un futuro sostenible para las ballenas y los ecosistemas oceánicos en general.Â
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