La astronauta de la NASA, Nichole “Vapor” Ayers, captó el 3 de julio de 2025 la imagen de un sprite, también conocido como duende o espectro rojo, mientras la Estación Espacial Internacional sobrevolaba el norte de México y Estados Unidos. Este fenómeno, lejos de ser una señal de invasión alienígena como bromearon algunos usuarios en redes, es en realidad un evento natural fascinante y poco común.
Los sprites son eventos luminosos transitorios (TLE, por sus siglas en inglés) que ocurren en la atmósfera superior, específicamente en la mesosfera, entre 50 y 90 kilómetros de altitud, muy por encima de las tormentas eléctricas convencionales. Se manifiestan como destellos de luz rojiza, a menudo con filamentos azules colgantes, y pueden alcanzar hasta 90 km de altura. Su duración es brevísima: apenas unos milisegundos, lo que los hace difíciles de observar desde la superficie terrestre sin equipos especializados.
¿Cómo se forman los sprites?
Los sprites se generan tras potentes rayos de carga positiva que viajan de la nube al suelo durante tormentas intensas. Este intercambio eléctrico crea un campo de alta tensión entre la nube y la ionosfera, lo que provoca una descarga que se expande hacia arriba en la atmósfera, en vez de bajar a la tierra como los rayos convencionales. El color rojo característico se debe a la ionización del nitrógeno en la atmósfera superior.
Aunque existen reportes anecdóticos desde el siglo XIX, los sprites fueron documentados fotográficamente por primera vez en 1989. El primer registro desde una misión espacial ocurrió el 7 de octubre de 1990 cerca de la Guyana francesa.
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