En la mañana del 24 de junio, la Plaza de Bolívar en Bogotá amaneció cubierta por toneladas de materiales reciclables: botellas plásticas, latas, papel y cartón. Fue el resultado de una protesta inédita organizada por la Asociación Nacional de Recicladores y liderada por su presidenta, Nora Padilla. El objetivo fue visibilizar la crisis que atraviesan miles de recicladores ante la drástica caída de los precios del plástico PET y la falta de apoyo estatal.
“Esto no es basura, esto es reciclaje, pero con los precios que tenemos hoy en día pareciera que se quiere considerar basura”, sentenció Padilla en diálogo con RCN Radio. “Queremos mostrarle a la ciudadanía lo que pasaría si todo este material se fuera para el relleno sanitario, Doña Juana”, agregó la mandataria.
Según cifras de la Asociación Nacional de Recicladores, el precio del plástico PET (uno de los materiales más recolectados) cayó hasta un 30% en los últimos meses. Esto redujo significativamente los ingresos de quienes dependen del reciclaje para subsistir.
La crisis laboral en Colombia
Actualmente, el kilo de material reciclable se paga a 1.500 pesos colombianos en planta, una cifra considerada injusta dada la exigente labor de recolección, clasificación y transporte que implica para los recicladores. Por jornada, muchos apenas logran reunir entre dos y cinco dólares, muy por debajo del salario mínimo colombiano, que es de 348 dólares mensuales.
“Nadie controla los precios, por eso las industrias los bajan como se les da la gana”, denunció Padilla y pidió al gobierno protección y regulación efectiva.
Solo en Bogotá, más de 20 mil familias dependen del reciclaje y a nivel nacional la cifra supera las 60 mil. La Asociación Nacional de Recicladores exige al gobierno local y nacional el cumplimiento de las sentencias de la Corte Constitucional que reconocen a los recicladores como grupo “oprimido y excluido” y ordenan implementar programas de ayuda.
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