Labubu nació en 2015 de la mano del ilustrador hongkonés Kasing Lung, que lo incluyó en su serie “The Monsters”, inspirada en la mitología nórdica. Su diseño mezcla lo tierno y lo siniestro: orejas puntiagudas, sonrisa traviesa, dientes afilados y una estética que desafía los cánones tradicionales del juguete infantil. Inicialmente, Labubu era un personaje de cuento pero su salto a la fama llegó cuando Pop Mart, la gigante china de figuras coleccionables, adquirió la licencia y lo transformó en figura de vinilo y peluche.
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¿Por qué están en tendencia los Labubu?
Uno de los grandes motores del fenómeno Labubu es el modelo de venta “blind box” o caja sorpresa, donde el comprador no sabe qué versión del muñeco recibirá. Esta dinámica, sumada a la escasez de ediciones limitadas y la posibilidad de encontrar “perseguidores” (figuras ultra raras), genera una sensación de logro y pertenencia que engancha tanto a coleccionistas como a curiosos.
El ritual de desempaquetar y compartir la experiencia en redes sociales se convirtió en parte esencial del atractivo, lo que alimentó a la viralidad y el deseo de pertenecer a la comunidad global de fans.
Ahora, los fans compran, intercambian, exhiben y celebran sus hallazgos. Además, la marca integró experiencias en tiendas, redes sociales y plataformas como WeChat y TikTok, donde el contenido generado por los usuarios es clave para la credibilidad y el crecimiento orgánico.
De la mano de las celebridades
El punto de inflexión llegó en 2023, cuando Lisa, integrante de Blackpink, mostró su colección de Labubu en redes sociales, seguida por otras figuras como Rihanna, Dua Lipa y Kim Kardashian. El fenómeno explotó en TikTok, donde el hashtag #Labubu acumula más de 1.4 millones de publicaciones y los videos de unboxing, personalización y “caza” de ediciones especiales se multiplican.
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