“The Knowledge” es mucho más que un simple examen de rutas para ser taxista. Para aprobarlo, los candidatos deben ser capaces de trazar verbalmente en tiempo real la mejor ruta entre dos puntos que quiera dentro de Londres, sin ayuda de dispositivos electrónicos. Este dominio profundo de la ciudad no solo implica memorizar calles y avenidas, sino también comprender detalles históricos y geográficos que enriquecen la experiencia del conductor.

El proceso de preparación suele durar cerca de tres años, durante los cuales los aspirantes dedican incontables horas a recorrer la ciudad, estudiar mapas y practicar rutas. Esta exigencia convirtió a los taxistas londinenses en verdaderos expertos urbanos, cuya memoria espacial está respaldada por cambios físicos en el cerebro. Investigaciones neurocientíficas muestran que el hipocampo posterior, la región cerebral relacionada con la memoria espacial, es más grande en estos conductores y crece a medida que avanzan en su formación.

Para muchos, aprobar “El Conocimiento” representa no solo una vía hacia un empleo estable y bien remunerado, sino también un símbolo de dedicación, inteligencia y orgullo profesional. La experiencia del taxista londinense es reconocida y valorada en toda la ciudad, independientemente de su origen social.

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