La tendencia del “sleep divorce” o “divorcio del sueño”, impulsada por la búsqueda del bienestar individual dentro de la relación, va en aumento. Esta modalidad tiene como fin priorizar un sueño reparador como base para una convivencia más saludable.
Tal como señala National Geographic, esta costumbre era común en la Europa preindustrial, especialmente entre matrimonios de clase alta. En la actualidad, el resurgimiento de esta práctica responde a la necesidad de abordar problemas comunes como los ronquidos, el insomnio y las diferencias en las preferencias de temperatura. Según El Mundo, «cada vez más parejas deciden dormir en habitaciones separadas con el objetivo principal de mejorar la calidad del sueño».
Un estudio de 2023 de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM) reveló que más de un tercio de los encuestados en Estados Unidos duerme ocasionalmente o regularmente en una habitación separada. En el caso de los millennials, este número alcanzó el 43%, según destacó BBC Mundo.
Stephanie Collier, psiquiatra del McLean Hospital y profesora de la Universidad de Harvard, explicó que esta práctica permite a las parejas dormir mejor, lo que tiene un impacto directo en su bienestar general y en la dinámica de la relación. «Si no descansamos bien, estamos más irritables y es más fácil discutir, mientras que, de lo contrario, estaremos de mejor humor, lo que afecta positivamente a la convivencia».
La otra cara del Sleep Divorce
La Sleep Foundation indica que más de una cuarta parte de las parejas que prueban esta modalidad vuelven a compartir cama, impulsadas por la «nostalgia» de dormir juntos. Además, algunos expertos señalan que para algunas parejas, dormir juntos puede fortalecer los vínculos del sueño y mejorar el descanso mutuo: «Hay estudios que demuestran que hay parejas que llevan años durmiendo juntos que logran profundizar las etapas del sueño ya que están vinculados», comentó a la BBC.
La clave para que el «sleep divorce» funcione radica en la comunicación abierta y el acuerdo mutuo dentro de la pareja. Stephanie Collier advierte que «Esto no funciona cuando una persona lo quiere y la otra no, porque eso puede generar resentimiento».
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