Buenos Aires suma al Obelisco, un ícono porteño, un mirador a 67,5 metros de altura. Tras meses de obras, se habilitó un ascensor panorámico que permite a vecinos y turistas llegar hasta la cima y ver la ciudad desde un lugar privilegiado. El proyecto, llevado adelante por el Ministerio de Espacio Público, busca revalorizar este símbolo histórico sin alterar su estructura original.
La intervención incluyó la instalación de un ascensor con un lateral vidriado y otro con pantalla digital, que se eleva en apenas un minuto. Al llegar a la cúspide, se deben subir 35 escalones adicionales para acceder a cuatro ventanas orientadas a los puntos cardinales. También se construyó una escalera caracol de emergencia que rodea la estructura interna.
Durante el mes de mayo, en el marco del 89° aniversario del monumento, habrá visitas gratuitas con cupos limitados. Luego, se prevé el cobro de una entrada, con tarifas diferenciadas para residentes locales. El acceso será por la Plaza de la República.
“El ascensor se instaló sin afectar en absoluto al monumento. Acondicionamos instalaciones eléctricas y adaptamos el piso para fijar la escalera caracol y la estructura metálica, mientras que el ascensor entró por partes y se armó adentro, porque la puerta original es el único punto de ingreso”, explicó Ignacio Baistrocchi, ministro de Espacio Público e Higiene Urbana.
Desde su inauguración en 1936, el Obelisco fue centro de celebraciones, protestas y eventos. El sueño de su creador, el arquitecto Alberto Prebisch, finalmente se cumplió casi 89 años después.
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