El sector de la construcción es el responsable de un tercio del total de emisiones de dióxido de carbono del mundo. El uso de materiales a partir de hongos puede suponer una alternativa sostenible de cara al futuro.

La microtectura aprovecha las propiedades del micelio, una red de filamentos parecida a una raíz, que le permite a los hongos crecer y absorber nutrientes. Con esta estructura se fabrican ladrillos, paneles y aislantes que son resistentes al agua, fuego y moho. 

El procedimiento es sencillo; a partir de residuos orgánicos como la paja, el micelio se desarrolla en moldes y se solidifica en pocos días. Por último, se hornea para desactivar microorganismos. 

Además de su bajo impacto ambiental, la micotectura ofrece soluciones versátiles para tabiques, paneles estructurales y membranas aislantes. En proyectos como Phoenix, un complejo de viviendas en Oakland, California, ya se incorporaron estos materiales.

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