El sureste de Brasil se encuentra en estado de shock tras el paso de un intenso temporal que ha dejado al menos 25 muertos en los estados de Río de Janeiro y Espírito Santo. Las fuertes lluvias, que comenzaron el viernes 22 de marzo, provocaron inundaciones y deslizamientos de tierra que arrasaron con ciudades y pueblos.
En Espírito Santo, el número de fallecidos ascendió a 17 este domingo, con la mayoría de las víctimas concentradas en el municipio de Mimoso do Sul. El gobernador del estado, Renato Casagrande, describió escenas «de guerra» en las zonas afectadas, donde las aguas desbordadas de los ríos cubrieron por completo algunos municipios.
En Río de Janeiro, las lluvias causaron ocho muertes, incluyendo cuatro miembros de una misma familia que perdieron la vida en un deslizamiento de tierra en la histórica ciudad de Petrópolis. La única sobreviviente de la tragedia fue una niña de cuatro años, que fue rescatada tras 16 horas enterrada junto a su padre, quien la protegió con su cuerpo.
Las autoridades han alertado sobre el riesgo «muy alto» de nuevos deslizamientos en Petrópolis, una ciudad que ya sufrió un devastador temporal en febrero de 2022 con un saldo de 241 muertos.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se solidarizó con las familias de las víctimas y señaló que tragedias como estas «se intensifican con el cambio climático».