Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, advirtió que las conversaciones que los usuarios mantienen con ChatGPT carecen de protección por secreto profesional. A diferencia de lo que ocurre en ámbitos médicos, legales o psicológicos, donde existe una confidencialidad legal estricta, las interacciones con esta inteligencia artificial no están cubiertas por ningún marco normativo que garantice la privacidad. Esto implica que si un tribunal lo requiere, la información compartida con ChatGPT podría ser entregada como parte de un proceso judicial.
La advertencia de Altman surge ante la creciente tendencia de personas que usan ChatGPT para consultas sensibles como asesoramiento legal, terapéutico y médico. Sin embargo, el CEO de OpenAI señaló que esta confianza es peligrosa dado el vacío legal actual en el que las transcripciones de las conversaciones pueden ser solicitadas y utilizadas como evidencia en procedimientos legales sin consentimiento previo.
Además, el empresario expresó que sería ideal que las conversaciones con sistemas de inteligencia artificial contaran con un nivel de privacidad similar al que protege a profesionales tradicionales en sus respectivos campos. Sin embargo, reconoció que aún no existen mecanismos legales que otorguen esa cobertura ni políticas claras para este nuevo escenario digital.
Recomendaciones para proteger la privacidad
Altman recomendó prudencia al compartir información sensible mediante inteligencia artificial y enfatizó en que la privacidad es un derecho fundamental, pero que la protección frente a estos nuevos escenarios aún es insuficiente. Por este motivo, la adaptación legal es imprescindible para blindar la confidencialidad en la era de la inteligencia artificial.
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