Un equipo internacional liderado por el Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart describió una nueva especie de reptil que vivió hace aproximadamente 247 millones de años, el Mirasaura grauvogeli, conocido como el “Reptil Maravilla de Grauvogel”. Este fósil, hallado en el noreste de Francia y publicado en la revista Nature, tiene el potencial de reescribir la historia evolutiva de los reptiles.

A diferencia de la imagen clásica de reptiles escamosos y lentos, el Mirasaura presentó una cresta dorsal compuesta por apéndices cutáneos complejos, similares en forma a plumas aunque sin la ramificación típica de estas. Estas estructuras crecían desde la piel y se piensa que tenían una función de exhibición entre sus congéneres. Ésta es la evidencia más antigua de dichas formaciones, mucho antes de la aparición de los dinosaurios y sin parentesco cercano con aves o dinosaurios extintos.

Los estudios genéticos y morfológicos sugieren que la base genética para desarrollar apéndices complejos como las plumas tiene un origen remoto, posiblemente en el período Carbonífero hace más de 300 millones de años. El Mirasaura proporciona evidencia directa de que estos sistemas comenzaron a formarse en etapas tempranas de la evolución de los reptiles

El reptil medía alrededor de 15 a 30 centímetros, tenía un cuerpo adaptado para la vida arbórea con extremidades prensiles, una cola larga que funcionaba como una tercera extremidad, y un cráneo abovedado con grandes ojos orientados hacia adelante, rasgos que lo asemejan a aves y primates más que a reptiles tradicionales. Estas adaptaciones le habrían permitido extraer insectos de cavidades pequeñas en los árboles.

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