Un ingeniero de Túnez transformó las grandes cantidades de residuos de aceituna, que normalmente se acumulaban sin un uso eficiente, en briquetas de combustible ecológico. Esta solución reduce significativamente la huella de carbono asociada a su combustión. La empresa Bioheat, fundada por Yassine Khelifi, comercializa estas briquetas tanto a nivel nacional como internacional.

Túnez, ubicado entre Libia y Argelia, es uno de los principales productores mundiales de aceite de oliva, con una tradición agrícola que se remonta a la época romana. Sin embargo, la producción de orujo de aceituna producía anualmente cerca de 600 mil toneladas. Khelifi explicó: «Siempre me preguntó cómo este material podía arder durante tanto tiempo sin apagarse. Fue entonces cuando me preguntó: ‘¿Por qué no convertirlo en energía?'».

Tras una visita a Europa en 2018 para investigar tecnologías disponibles, Khelifi importó una máquina que permitió procesar el orujo y producir briquetas con solo un 8% de humedad, mucho menos que la leña tradicional, lo que mejora su eficiencia como combustible. En su planta, los residuos secan al sol antes de ser compactados en briquetas que luego se venden en Túnez y en el extranjero. Actualmente, el 60% de la producción se exporta, y se espera alcanzar las 600 toneladas para fin de año, lo que equivaldría a consumir aproximadamente el 1% del residuo nacional.

Fuente: Good News Network

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