Entre 1990 y 2023, el número total de nacimientos en Estados Unidos disminuyó un 14%. En ese mismo período, los embarazos adolescentes se redujeron drásticamente, de representar el 13% del total de nacimientos en 1990 a sólo un 4% en 2023. En paralelo, el promedio de hijos por mujer en 2023 fue de 1,62.
Los expertos en salud consideran esta reducción en los embarazos adolescentes como un logro importante, resultado de esfuerzos continuos para disminuir esta tasa. Además, los avances médicos permitieron que mujeres de mayor edad puedan tener embarazos saludables, lo que contribuye a que la maternidad se retrase sin mayores riesgos para la salud.
Los cambios en la edad de las madres primerizas también están vinculados a transformaciones en las expectativas sociales. Factores como el comportamiento en las relaciones de pareja, la carga económica que implica tener un hijo y el aumento de mujeres inscritas en la universidad han influido en esta tendencia. La socióloga y demógrafa familiar Elizabeth Wildsmith, de Child Trends, señaló que el control de la fertilidad, junto con las oportunidades laborales, políticas y económicas, facilitan la decisión de postergar la maternidad.
Sin embargo, la disminución de los embarazos adolescentes no fue homogénea en todo el país. Estados como Mississippi, Arkansas y Louisiana todavía presentan índices relativamente altos de embarazos en adolescentes, aunque estos son considerablemente menores que los registrados hace 30 años.
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